Erika Carayol, vecina de la localidad alicantina de Elche, es consciente de que padece esofagitis eosinofílica desde los 20 años, aunque afirma que, ya con ocho años de edad, recuerda que ya sufría algunos cuadros, aunque no era consciente de la EoE.
“Estoy afectada de EoE desde los 20 años, pero recuerdo que en mi Primera Comunión casi mi ingresan por no poder tragar. He estado casi 30 años sufriendo esta enfermedad en silencio y sólo hace dos años que me la diagnosticaron”
explica Erika.
“A los 20 tuve más conciencia de que me pasaba algo… tuve algún episodio grave y empecé mi periplo por los médicos. Fue muy duro y visité una infinidad de ellos otorrinos, psicólogos… Me llegaron a decir que no me pasaba absolutamente nada porque por mi garganta ‘podía pasar un pollo’ o incluso que padecía anorexia nerviosa o bulimia. Acabé por ocultar mi enfermedad a todo el mundo, incluso a mi familia. Los médicos desconocían que era la esofagitis eosinofílica y no estaban para nada informados sobre EoE”
explica la delegada de Levante de AEDESEO.
“Simulaba mi enfermedad con otras alergias que padecía”, dice emocionada. “Hace dos años -agrega Erika– por fin me diagnosticaron la enfermedad y sentí un gran alivio. Por fin sabía que me pasaba y pude hacer público que lo que me ocurría era debido a una enfermedad que tenía nombre: esofagitis eosinofílica. Mi médico me llamó y me pidió disculpas”.
Erika lleva poco tiempo asociada a AEDESEO. Conoció la entidad a través de un grupo de alergias en el que participaba.
“Miriam (presidenta de AEDESEO) me pidió que si quería ser la delegada del Levante y no pude decir que no. Soy muy activa, creo en la labor de las asociaciones y mi trabajo será el de escuchar y ser un altavoz de los pacientes y familias afectadas por EoE en el levante español”.
No obstante, Erika tiene una particular devoción por los jóvenes afectados:
“Cuando hablas con mamás y papas de adolescentes les resalto la importancia de reforzar su autoestima, sobre todo en un país donde todo se celebra alrededor de la comida. Es muy importante cuidar a los jóvenes con EoE porque la parte emocional puede ser devastadora”.
Erika Carayol, es trabajadora social, tiene 42 años, casada y madre de tres niñas y ha sido nombrada delegada de AEDESEO en el Levante español, para las comunidades de Valencia y Murcia.