¿Para qué sirven los ensayos clínicos?

AEDESEO colabora con la investigación clínica de nuevos medicamentos y tratamientos facilitando información a sus asociados sobre los diferentes ensayos clínicos que se realizan en España y en el mundo para su posible participación. De esta manera, AEDESO ha participado en la divulgación de los ensayos clínicos: VOYAGE, del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid; ensayo clínico MESSINA, impulsado por el Hospital Universitario del Vall d’Hebron de Barcelona; y, recientemente, ensayo clínico ACESO que desarrollan nueve hospitales de toda España.

Un ensayo clínico es un estudio llevado a cabo en humanos que nos aporta información sobre cómo reacciona el cuerpo ante un tratamiento determinado. Cuando se desarrolla un nuevo fármaco, es imprescindible realizar un ensayo clínico en personas para comprobar su eficacia y seguridad.

Los ensayos clínicos se realizan en los hospitales y son distintos a la atención médica que reciben los pacientes. Cuando un paciente recibe atención médica, el objetivo del médico es tratar su enfermedad. Sin embargo, cuando participa en un ensayo clínico, el objetivo es encontrar una solución a lo que se investiga, es decir, confirmar (o no) la eficacia y seguridad de un tratamiento.

Además de tener la posibilidad de beneficiarse de un nuevo tratamiento innovador, las personas que participan en un ensayo clínico ayudan a que otras puedan beneficiarse también en el futuro. Pero es necesario tener en cuenta que participar en ensayo clínico puede no ayudar directamente al paciente o, incluso, en algunos casos, hasta causarle daño. Por eso es importante que antes de decidir si participa o no, el paciente reciba información pormenorizada y entendible sobre el ensayo clínico.

Participar en un ensayo clínico tiene aspectos positivos para el participante y para la sociedad en general:

  • Contribuir a la investigación y el tratamiento de enfermedades
  • Beneficiarse de una mayor monitorización de su enfermedad
  • Posibilidad de beneficiarse de una terapia que no está disponible para los pacientes fuera del marco del ensayo clínico
  • Ayudar a que otros pacientes puedan beneficiarse en el futuro de los descubrimientos alcanzados

Sin embargo, conviene no olvidar que participar en un ensayo clínico también puede conllevar consecuencias negativas para el participante, tales como:

  • Posibilidad de experimentar efectos secundarios desagradables o graves
  • Emplear más tiempo y dedicación que el tratamiento estándar, es decir: más visitas al hospital, mayor cantidad de análisis de sangre, tratamientos adicionales y hospitalizaciones.
  • Posibilidad de formar parte del grupo de control, en aquellos ensayos clínicos que incluyen un grupo de comparación. Este grupo puede recibir un placebo, otro tratamiento o no recibir tratamiento. (Es importante considerar que la asignación a un grupo experimental o a un grupo de control se realiza al azar, de forma que ni el paciente ni el investigador responsable de su selección o tratamiento puedan influir en su asignación. En la gran mayoría de los casos es la única forma científicamente válida para evaluar la eficacia y seguridad de una intervención terapéutica. La gran mayoría de los ensayos clínicos son controlados).

La decisión de participar en un ensayo clínico no es algo que se pueda tomar a la ligera, ya que muchas veces los beneficios son obvios, pero los riesgos también. Lo importante es que el paciente pueda pedir toda la información necesaria y que pueda expresar sus dudas al investigador, que es el responsable de ofrecer toda la información que necesite.